Sesenta números es, sin duda, una demostración de un esfuerzo sostenido, en este caso, en generar un espacio de reflexión, análisis y debate sobre algunos de los principales problemas existentes no solamente en el Perú, sino en buena parte de los otros Estados del mundo.
Me alegra que ese esfuerzo haya tenido la favorable acogida que ha alcanzado hasta hoy. Eso proporciona la energía para redoblar esfuerzos en ese mismo sentido, máxime si diversas entidades y especialistas apoyan la labor ya emprendida.
Es por ello que debo empezar agradeciendo al Tribunal Constitucional plurinacional boliviano, y muy especialmente a su presidente, Petronilo Flores Condori. Independientemente de cualquier juicio de valor sobre su labor jurisdiccional, lo que resulta encomiable es su esfuerzo por editar libros, muchos de ellos de notable calidad; y por autorizar su difusión a través de esta revista electrónica con total desprendimiento.
Aquello permite colocar en este número textos como el intitulado «La proporcionalidad como principio universal», escrito por Matthias Klatt y Moritz Meister. Este mismo tema, el de la proporcionalidad, generó un interesante intercambio de posiciones entre Luis López Guerra, Petronilo Flores Condori, Jorge Asbún Rojas, Jan Sieckman, Olman Rodríguez Loaiza y quien les escribe estas líneas.
Pero la preocupación por los temas vinculados con la interpretación constitucional no queda allí. Manuel Atienza, con la brillantez de siempre, dedica un importante trabajo a analizar en esa materia. Y como si eso no fuese suficiente, no queda más que deleitarse cuando se lee la plasmación por escrito de una espectacular polémica sobre la ponderación entre Manuel Atienza y otro iusfilósofo de gran fuerte como es Juan Antonio García Amado.
Aquello no implica desconocer los temas procesales, cuya relevancia en la tutela del Derecho y las necesidades humanas básicas es a todas luces innegable. Por ello, Juan Antonio García Amado por un lado, y Jordi Ferrer Beltrán , María del Carmen Vásquez Rojas y el maestro Michelle Taruffo abordan desde diferentes perspectivas una materia de innegable relevancia como el de la prueba. Termina este gran esfuerzo boliviano, cuya autorización de difusión agradezco infinitamente, con un estudio sobre el Derecho Procesal Constitucional con un buen amigo de esta revista, el destacado jurista Hernán Olano García, acompañado por el profesor Gerardo Eto Cruz.
Pero no solamente el aporte boliviano es algo a resaltar en este número sesenta de «Derecho y Debate». Nuestro querido colega y administrativista de nota Fabrizio Fracchi ha tenido la delicadeza de autorizar la reproducción su muy recomendable «norme interne», redactado conjuntamente con Massimo Occhima. Un texto en italiano, pero de fácil comprensión en castellano, y en cualquier caso, de necesaria lectura por todos y todas.
Todo este bagaje dogmático tenía que ser acompañado por aspectos que nos permiten analizar como el Derecho se desenvuelve en la realidad concreta, hecho que ningún abogado(a), profesor(a) de Derecho, juez(a) o fiscal (por solamente mencionar algunos de los roles que se pueden desarrollar dentro de la Abogacía), debe descuidar.
Por ello, alcanzo dos documentos: en primer lugar, el decreto mediante el cual, en función al COVID, se prorroga el Estado de Emergencia en el Perú, lo cual implica que desde marzo de este año, sistemáticamente la restricción del ejercicio de ciertos derechos y la suspensión de determinadas actividades. La pregunta a efectuar es cuando dejamos que una situación planteada en principio como excepcional se convierta en los hechos en la nueva normalidad, y lo que aquello involucra sobre el ejercicio de diversos derechos fundamentales y los alcances de las atribuciones de distintos organismos estatales .
En segundo término, alcanzo el texto completo de la Ley de presupuesto peruano para el año 2021. En lo referido a la materia presupuestaria, y a todo lo aquello involucra, resulta interesante analizar si lo planteado es lo adecuado para manejar una muy difícil coyuntura, donde se oscila entre la necesidad de conseguir una reactivación económica y la indispensable protección de la ciudadanía frente a la emergencia sanitaria probablemente más grave en la historia de muchos países en el orbe, y, entre ellos, el Perú.
Así llegamos a diciembre de 2020. Toca todavía conmemorar el denominado Día de la Mujer, momento de indispensable reflexión sobre la situación de odiosa discriminación e incluso de manifestaciones de violencia que sufren las mujeres en todo el mundo en general, y desafortunadamente en el Perú en particular.
Y luego de ello, llegarán las Fiestas de Fin de Año, espacio, sobre todo luego de lo sucedido en este año 2020 en nuestro país y a lo largo del orbe, para el necesario estudio y toma de posición frente a lo ocurrido, que, necesariamente, deberían ser el punto de partida de aquello que tocará construir en un futuro cercano, pero también con una proyección de mayor aliento en el tiempo.
Desde ya vaya entonces, salvo que la coyuntura obligue a sacar una edición especial antes de fin de año, el deseo de que el año 2021 resulte uno con mayores alegrías que su antecesor, y la aspiración de que el nuevo año permita superar las múltiples dificultades ya existentes, así como aquellos que se encuentren por venir .
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